martes, 27 de octubre de 2015

Sylvia Plath nacía un 27 de octubre de 1932



























Tres mujeres es un emocionante poema a tres voces que tiene como tema central la maternidad. Cada voz representa una forma de vivirla: la mujer que centra su realización en ser madre, la que sufre por no poder serlo y la que lo es a su pesar.

  

TERCERA VOZ: 

He aquí que soy montaña
entre mujeres-montañas.
Los médicos van entre nosotras
como si nuestra gordura
Espantara el alma. Sonríen como
imbéciles.
Son culpables porque yo lo soy,
y lo saben.
Cargan su vacuidad como un modo
de salud.
Y si los hubiera sorprendido, como a mí.
Se habrían vuelto locos.

¿Y si dos vidas fluyeran de mis muslos?
Vi la sala blanca y limpia
con sus instrumentos.
Es un lugar de gritos sin gozo.
“Aquí vendrá usted cuando
esté lista”.
Los vigilantes son lunas vacías y rojas,
empañadas de sangre.
No estoy lista para lo que pueda suceder.
Tendría q matar lo que me mata.



PRIMERA VOZ:

No hay milagro más cruel que éste.
Soy arrastrada por caballos
con cascos de acero.
Resisto. Tengo una herida. Desempeño un trabajo.
Este túnel negro por el que pasan en fogonazos
las pruebas,
Las pruebas, los síntomas, los rostros
perturbados.
Soy el centro de una atrocidad.
¿Qué sufrimientos, qué tristezas
habré de parir y amar?
¿Una inocencia tal, puede matar aún?
Ella se cría de mi vida.
Los árboles mueren en la calle.
La lluvia es corrosiva.
La siento en mi lengua, y los dolores
del trabajo,
Los horrores que se ensañan,
se aflojan, las indiferentes
parteras
Con su corazón prendido que golpea
y sus estuches de instrumentos.
Seré una pared y un techo que ampara.
Seré un cielo, un monte de bondad:
¡Déjenme vivir!
Una fuerza rota en mí, una antigua tenacidad.
Me agrieto como el mundo.
Esta obscuridad,
Esta ráfaga de obscuridad. Cruzo mis manos
sobre una montaña.
El aire es denso. Pesado por
mi trabajo.
Me usan. Me manipulan.
A mis ojos los atormentan la noche.
No veo nada.



SEGUNDA VOZ:
  
Soy acusada. Sueño matanzas.
Soy un jardín de agonías negras y rojas.
Las bebo,
Me odian, rencorosa y espantada.
Y ahora el mundo concibe
Su fin y se abalanza hacia ella, los brazos tendidos,
llenos de amor.
Es un amor de la muerte,
que todo envenena.
Un sol muerto destiñe el periódico.
Se torna rojo.
Pierdo vida tras vida. La tierra negra las bebe.

Ella es el vampiro de todas nosotras.
Nos mantiene.
Nos ceba, es buena.
Su boca es roja.
La conozco, la conozco íntimamente.
Vieja mendiga, escarchada y estéril, vieja
bomba de tiempo.
Los hombres la engañaron
Ella se los tragará
Los tragará, los tragará, sí, los tragará.
El sol ya se tendió. Yo muero.
Forjo una muerte.




Del libro Tres mujeres 

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