sábado, 30 de abril de 2011

Mi cuerpo es mío

Tres testimonios distintos de mujeres que abortaron en un corto de Carolina Camacho que se ancla en la autonomía de las mujeres sobre su cuerpo.

En Argentina se practican 460.000 abortos clandestinos por año; es la primera causa de mortalidad materna en nuestro país, y la causa de muerte de una de cada tres mujeres. El 37 por ciento de los embarazos que se registran en el país terminan en un aborto, y el 15 por ciento de esos embarazos corresponde a adolescentes menores de 16 años. Estas estadísticas sin duda motorizaron con más fuerza el corazón de Carolina Camacho para filmar su cortometraje Propiedad Privada. Y sus ganas de poner en imágenes algunas historias, pensamientos y sensaciones de mujeres que pasaron por la situación de tener que abortar. Así, esta joven realizadora decidió tomar el tema como disparador y comprometerse desde lo que más le gusta hacer: cine.

Lo que la impulsó a realizar este trabajo fueron muchas cosas, pero la que primó definitivamente fue su creencia en la fuerza de las mujeres. “Creo en las mujeres, y hablar del aborto es hablar de las mujeres. Estaba leyendo El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, y me enganché con un capítulo que habla sobre el aborto. Ya en el año 1948 Simone dijo que en algunas sociedades y culturas del mundo se consideraba ‘una homicida’ a la mujer que se practicara un aborto y en su libro alza una fuerte denuncia sobre esto. Ese fue el disparador para largarme con este tema. Ese libro realmente cambió mi vida.”

Propiedad Privada es una historia coral que hace foco en tres situaciones –tres mujeres– que atraviesan la decisión de interrumpir un embarazo o continuarlo. Sobre esto, la realizadora sostiene: “La hipocresía y los prejuicios son una de las formas más tremendas de violencia. El abordaje que yo encaré es puramente humanista, lo pensé así desde la instancia de la escritura del guión. Pensé en mostrar a través de distintos personajes femeninos, las diferentes posturas ante el aborto y algunos de los conflictos internos por los que atraviesan las mujeres que pasan por la situación de abortar. Por eso quise plantear un abordaje más humano, más de las cuestiones inherentes a la psiquis de las mujeres que, pienso, están directamente ligadas con los mandatos socioculturales y religiosos”.

Para filmar este corto Camacho tuvo la oportunidad de conocer a muchas mujeres que abortaron, “que son muchas más de las que se cree. Mujeres de todas las edades y clases sociales. En las clases más altas hay muchas más mujeres que abortan que en las clases más desprotegidas. Y también mujeres muy jóvenes que han tenido que pasar por un aborto clandestino e inseguro poniendo en riesgo sus vidas. En todos los casos que conocí, registré algo puntual en lo que quise hacer eje y fue el tema de la culpa. Todas sienten una gran culpa por eso. Y no son culpables. Por eso pienso que hay que poner a la culpa en su lugar. Que algunos hombres todavía piensen que abortar es un asesinato es de otra época. Una vida es otra cosa. Una vida tiene que ver con el nombre y apellido que nos pusieron nuestros padres, tiene que ver con el año en que nacimos, con la identidad, la cultura que nos rodea, la educación, la formación, los afectos, la vocación, la profesión, el trabajo. Son esas las cosas que te hacen ser una persona”.

–¿Por qué el corto se llama Propiedad Privada?

–Le puse ese título porque la decisión de tener un hijo o no es propiedad privada. Decir “Propiedad Privada”, es decir el cuerpo es de la mujer, es ella quien decide sobre su propio cuerpo y nadie tiene el derecho, ni el permiso, ni la autoridad para juzgar esa decisión porque es privada e íntima. Es decir: el cuerpo de la mujer es de cada una, y cada una decide lo que pasa con él. Somos las mujeres quienes en definitiva ponemos el cuerpo, y a quienes se nos niega –injustamente– la posibilidad de un aborto seguro y gratuito en cualquier hospital público.

Por Laura Rosso

Propiedad Privada se proyecta el 6 de mayo a las 18 en el marco de la muestra de cortos de alumnos y egresados del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, en el Salón Auditorio de la Cámara de Diputados de la Nación, Riobamba 25.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6479-2011-04-30.html


sábado, 16 de abril de 2011

Cuentos de brujas

En su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tinta Limón Ediciones), la feminista italiana Silvia Federici retoma la matanza de brujas como fundante de un sistema capitalista que domestica a las mujeres, imponiéndoles la reproducción de la fuerza de trabajo como un trabajo forzado y sin remuneración alguna. Es en el modo en que se desarrolla ese trabajo reproductivo donde Federici considera que hay un campo de lucha central para el movimiento de mujeres.

Esta no es una historia de hadas sino de puras brujas. Que, a su vez, se desdoblan en otros personajes, también femeninos y cercanos: la hereje, la curandera, la partera, la esposa desobediente, la mujer que se anima a vivir sola, la mujer obeah (practicante de magia secreta) que envenenaba la comida del amo e inspiraba a los esclavos a rebelarse. El capitalismo, desde sus orígenes, persigue y combate a estas mujeres con saña y terror. La feminista italiana Silvia Federici, en su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tinta Limón Ediciones), se hace preguntas fundamentales sobre esa figura emblemática de lo femenino: ¿por qué el capitalismo, desde su fundación, necesita hacerles la guerra a esas mujeres? ¿Por qué la caza de brujas es una de las matanzas más brutales y menos recordadas de la historia? ¿Qué se quería eliminar cuando se las condenaba a la hoguera? ¿Por qué puede trazarse un paralelo entre ellas y las esclavas negras de las plantaciones en América?

Silvia Federici nació en Italia, pero vive en Estados Unidos desde los años ‘60. Allí desarrolló su militancia feminista y su colaboración con el movimiento negro. Fue fundadora de la Red Internacional por el Salario Doméstico. Vivió y enseñó en Nigeria durante los ‘80, donde también realizó un trabajo con organizaciones de mujeres y contra las políticas de ajuste estructural que se ensayaban entonces sobre Africa.

Su libro toma el título de dos personajes de Shakespeare: Calibán es el rebelde anticolonial, el trabajador esclavo que se resiste; y la Bruja, que el escritor inglés dejaba en segundo plano, aquí captura la escena: su aniquilación representa el inicio de la domesticación de las mujeres, el robo de los saberes que daban autonomía al parto, la conversión de la maternidad en trabajo forzado, la devaluación del trabajo reproductivo como no-trabajo, y la masificación de la prostitución frente a la desposesión de tierras comunitarias. Ambos nombres, Calibán y la Bruja, sintetizan la dimensión racista y sexista del disciplinamiento que el capital pretende imponer sobre los cuerpos, pero también las figuras plebeyas y desobedientes desde las cuales se lo resiste.

A propósito de su lanzamiento en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires, presentamos una conversación con esta entusiasta y lúcida luchadora, que traza una flecha entre la historia de las brujas y la discusión sobre el trabajo doméstico femenino, ya que para Federici, “las actividades asociadas a la ‘reproducción’ siguen siendo un terreno de lucha fundamental para las mujeres –como lo eran para el movimiento feminista de los años ’70– y un nexo de unión con la historia de las brujas”.

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La nota sigue en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6441-2011-04-16.html


Por Veronica Gago

lunes, 4 de abril de 2011

Fundación Proa presenta la obra de Louise Bourgeois


Presentación por Adriana Rosenberg

Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, desde el 19 de marzo al 19 de junio de 2011. Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX, nació en París en 1911, y viajó y vivió en Estados Unidos desde 1938 hasta sus últimos días, en 2010.

La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) [foto arriba, margen izquierdo] en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Sus primeras esculturas, en las que aparecen ya la espiral y varias de las formas y figuras que vertebran toda su obra, rodean el Arch of Hysteria, 1993; Spider, 1997, y las emblemáticas instalaciones Red Room (Parents), 1994, y The Destruction of the Father, 1974. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -.

Las obras evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. El mundo interior, el de las relaciones familares, el lugar del padre, la madre, la hija y la esposa están tratados de manera singular, propia y personal, y convierten a Bourgeois en un ícono de los temas más trascendentales del siglo XX.

Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.

Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, curada por Philip Larratt-Smith, es organizada conjuntamente con Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de Sao Pablo, Brasil, y cuenta con el auspicio de Tenaris tanto para su presentación en Argentina como para su itinerancia, en Río de Janeiro y en San Pablo.

Fundación Proa: Ubicado en uno de los barrios más pintorescos e históricos de Buenos Aires, La Boca.
La sede está abierta de martes a domingo de 11:00 a 19:00 horas.

Presentación
Adriana Rosenberg

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Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido reúne un conjunto destacado de obras desde 1942 hasta el 2009. La exhibición profundiza los pensamientos que la artista articuló sobre el psicoanálisis. Esta decisión curatorial derivó en el descubrimiento de escritos inéditos sobre su relación con su psicoanalista y también pensamientos sobre la teoría. Material que se edita por primera vez dando cuerpo a casi cien textos sobre el tema, cuya publicación acompaña esta exhibición. El curador, Philip Larratt-Smith, recupera el diálogo de lenguajes, susceptible de formar parte del mismo universo estético: imagen y escritura.

La muestra compone una geografía psicoanalítica, un mapa del lenguaje y una radiografía de sucesos íntimos, subjetivos, que a la luz del psicoanálisis, le proponen al espectador transitar el interior de la psiquis, descubierta hace más de un siglo.

Louise Bourgeois es impensable sin sus lecturas psicoanalíticas y su práctica terapéutica. De la misma manera es impensable hoy el psicoanálisis sin las imágenes de Louise Bourgeois. Esta capacidad de la obra de dar cuenta del campo teórico funda lo que podríamos atrevernos a denominar “el diccionario visual del psicoanálisis”.

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Los escritos psicoanalíticos de Louise Bourgeois son otra clave de acceso a la exhibición. En estos manuscritos -que hasta hoy permanecían inéditos, tanto en español como en su lengua de origen- asoma Louise Bourgeois de manera descarnada, íntima y sorprendente. Los escritos son un recorrido de su propio inconciente, paisaje ignoto que ella explora desde su experiencia psicoanalítica y en el que aparecen los protagonistas de su novela familiar. Apuntes de sueños reveladores, cuadernos de notas, entradas de diario: es la infancia, el presente artístico y las contradicciones de una vida doméstica y una vida profesional. Una escritura que sorprende por su alcance literario y su libertad poética.

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Las actividades paralelas que se realizan en la Fundación Proa las pueden ver en: http://www.proa.org/esp/exhibition-louise-bourgeois.php

Fuente: http://www.proa.org