sábado, 16 de abril de 2011

Cuentos de brujas

En su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tinta Limón Ediciones), la feminista italiana Silvia Federici retoma la matanza de brujas como fundante de un sistema capitalista que domestica a las mujeres, imponiéndoles la reproducción de la fuerza de trabajo como un trabajo forzado y sin remuneración alguna. Es en el modo en que se desarrolla ese trabajo reproductivo donde Federici considera que hay un campo de lucha central para el movimiento de mujeres.

Esta no es una historia de hadas sino de puras brujas. Que, a su vez, se desdoblan en otros personajes, también femeninos y cercanos: la hereje, la curandera, la partera, la esposa desobediente, la mujer que se anima a vivir sola, la mujer obeah (practicante de magia secreta) que envenenaba la comida del amo e inspiraba a los esclavos a rebelarse. El capitalismo, desde sus orígenes, persigue y combate a estas mujeres con saña y terror. La feminista italiana Silvia Federici, en su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tinta Limón Ediciones), se hace preguntas fundamentales sobre esa figura emblemática de lo femenino: ¿por qué el capitalismo, desde su fundación, necesita hacerles la guerra a esas mujeres? ¿Por qué la caza de brujas es una de las matanzas más brutales y menos recordadas de la historia? ¿Qué se quería eliminar cuando se las condenaba a la hoguera? ¿Por qué puede trazarse un paralelo entre ellas y las esclavas negras de las plantaciones en América?

Silvia Federici nació en Italia, pero vive en Estados Unidos desde los años ‘60. Allí desarrolló su militancia feminista y su colaboración con el movimiento negro. Fue fundadora de la Red Internacional por el Salario Doméstico. Vivió y enseñó en Nigeria durante los ‘80, donde también realizó un trabajo con organizaciones de mujeres y contra las políticas de ajuste estructural que se ensayaban entonces sobre Africa.

Su libro toma el título de dos personajes de Shakespeare: Calibán es el rebelde anticolonial, el trabajador esclavo que se resiste; y la Bruja, que el escritor inglés dejaba en segundo plano, aquí captura la escena: su aniquilación representa el inicio de la domesticación de las mujeres, el robo de los saberes que daban autonomía al parto, la conversión de la maternidad en trabajo forzado, la devaluación del trabajo reproductivo como no-trabajo, y la masificación de la prostitución frente a la desposesión de tierras comunitarias. Ambos nombres, Calibán y la Bruja, sintetizan la dimensión racista y sexista del disciplinamiento que el capital pretende imponer sobre los cuerpos, pero también las figuras plebeyas y desobedientes desde las cuales se lo resiste.

A propósito de su lanzamiento en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires, presentamos una conversación con esta entusiasta y lúcida luchadora, que traza una flecha entre la historia de las brujas y la discusión sobre el trabajo doméstico femenino, ya que para Federici, “las actividades asociadas a la ‘reproducción’ siguen siendo un terreno de lucha fundamental para las mujeres –como lo eran para el movimiento feminista de los años ’70– y un nexo de unión con la historia de las brujas”.

[…]

La nota sigue en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6441-2011-04-16.html


Por Veronica Gago

3 comentarios:

  1. Muy interesante, lo enlazo a mi FB.
    Besos.

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  2. Todos los arquetipos femeninos.

    Días convulsionados, pero siempre un gusto pasar a leerte.

    Abrazo.

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  3. Jordi, muchas gracias!
    Un abrazo!

    Emilia, siempre es un gusto que pases por acá!
    besitos!

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