miércoles, 17 de noviembre de 2010

“Los Daños Materiales” de Matilde Sánchez

En “Los Daños Materiales” habla del desamor, del engaño, de la venganza. Como bien lo anticipa el título, el libro describe los daños obtenidos como si fuera un “premio” por descuidar las atenciones a un amante egocéntrico, de ingresar a un juego peligroso que sólo él domina y dónde no hay lugar para los deseos del otro, sino que importan exclusivamente los deseos de este amante estratego. Estratego en toda su extensión de la palabra, porque da vuelta los discursos con una facilidad para hacer sentir culpable al otro de sus acciones. Estratego como si fuera el campeón del ajedrez.
Matilde Sánchez pone al tanto al lector desde un principio: “será una carta con una pendiente a la novela negra, una novela de amor negro y suspenso legal, un thriller psicológico —un documental dirigido por el realizador greco-argentino Juan C. Stephanides y presentado en una cátedra de psiquiatría. Será una novela con una dedicatoria. O será lo que más les guste.”
Sánchez narra en primera persona la relación que mantuvo con Víctor, el hombre del cual ella se enamora. Utiliza metáforas e imágenes poéticas para describir lo erótico, lo sexual y lo obsceno. A lo largo del libro uno se da cuenta, gracias a la increíble descripción del perfil de Víctor, que es un gran psicópata, un mentiroso a raja tabla, un “Don Juan” cualquiera, que ni siquiera deja bien parados a los “Don Juan”. La autora relata los pequeños accidentes y desplantes de una forma tal que uno se queda perplejo ante tanta bestialidad, vulgaridad, crueldad, toda junta. Y ella acepta todo ese paquete de exabruptos por amor. Ella perdona, ella olvida, ella vuelve, por amor. Aunque al comienzo del libro advierte: “…Víctor tiene la fortuna de que yo tenga un alma buena. Nos busca así, señores del Jurado, incapaces de matar una mosca —no, me digo, ¡no por ahí, imbécil! Aquí no hay una ninfa ni un tribunal, apenas un manuscrito —no hay más crimen que tu desamor ni más delito que mi idiotez. Así que nos estamos viendo, Víctor, ando otra vez de visita y me traigo algo entre manos. Un regalo, qué ilusión, qué será… ¿Una corbata de diseñador con un gran moño de seda, una novela inglesa del siglo XIX, una carta con polvitos venenosos? Un artefacto de detonación para acabar con la mentira. Abran cancha, entonces, dejen pasar, aquí venimos. Y una última advertencia: no esperen una historia de amor sino su antítesis. Yo nunca me enamoré de Vic, apenas me volví adicta a su constancia. Aténganse a lo que les tengo reservado y créanme que no exagero. Como escribe Marco Polo, apenas cuento la mitad de lo que vi.”
La escritura de Matilde nos hace transpirar la historia de una manera que masticamos la desvergüenza y olemos la venganza. Y nos deja ciertos cuestionamientos como ¿Cuánto puede llegar a perdonar una persona por amor? ¿Es mejor dejar una relación a tiempo cuando se visualizan las primeras agresiones, las primeras actitudes egoístas, las primeras faltas? Nadie lo sabe, sólo tenemos claro que el amor tiene infinitas ramas y ésta es una de ellas.


Claudia Perez



Biografía
Matilde Sánchez nació en Buenos Aires en 1958. Es traductora y desde los años ochenta ha desarrollado una intensa actividad como periodista. Es autora de Historias de vida, una biografía de Hebe de Bonafini (1985), y de las novelas La ingratitud (1990), El Dock (1993), que resultó primera finalista del premio planeta, y El desperdicio (2007). También compiló Las reglas del secreto (1993), una exhaustiva antología comentada de la narrativa de Silvina Ocampo, y publicó el libro de viajes La canción de las ciudades (1999). Es fellow de las fundaciones John-Simon Guggenheim y Knight-Wallace, de la Universidad de Michigan.

6 comentarios:

  1. "Ella perdona, ella olvida, ella vuelve, por amor."

    Esto me resulta familiar.

    La reseña la escribiste vos!
    Muy buena. Atrayente desde el principio, te dan ganas de comprar el libro.

    :)

    Un abrazo!

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  2. Buen post. Lo apunto. Esas preguntas que haces sobre el amor son absolutamente imposible de ser respondidas!, por amor se puede todo y nada. no?

    Besos

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  3. Como siempre estupendo. Por aquí ando echando un vistazo por tus cosillas. Pasa un buen fin de semana.

    Saludos y un abrazo.

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  4. eMiLiA:
    Muchas gracias!!!
    :)

    Otro abrazo


    Estonetes:
    Si, ya lo creo que son imposibles de ser respondidas… Uno por amor se juega a todo o nada.

    Besos


    La sonrisa de Hiperión:
    Muchas gracias!!!

    Otro abrazo para vos

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  5. Muy bueno clau. Coincido con vos, "el amor tiene infinitas ramas", no hay una única fórmula perfecta para decir: hasta acá es amor, y lo que sale de esos parámetros ya no lo es. Cada uno lo vive, lo siente, lo disfruta y lo sufre a su manera...
    Besos.
    Martín.E.G. (Cba)

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  6. Martín, que sorpresa!!!
    Si, cada uno lo vive a su manera.

    Gracias por darte una vuelta por el blog, y para cuándo el tuyo??

    Nos vemos prontito!
    Un abrazo grande

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