domingo, 31 de enero de 2010

Lila Downs




Cantante y compositora mexicana, canta en diversas lenguas, principalmente en español e inglés. En su estilo musical reivindica sus raíces mexicanas y el de los pueblos indígenas mexicanos, entre ellos el mixteco, zapoteco, maya y náhuatl, además de las músicas regionales de México, en especial de Oaxaca.

sábado, 23 de enero de 2010

Recuperando a Mariquita



















(El artículo de Página 12 es del 2004, pero vale la pena recordarlo para tener presente a esta figura femenina importantísima del Siglo
XIX.)

Aunque eternizada como la Gran Anfitriona Nacional por haber prestado el salón de su casa para estrenar el Himno, Mariquita Sánchez de Thompson fue bastante más: mujer política, pionera defensora de la necesidad de la educación para las mujeres, rebelde capaz de poner en foco cuán público debe ser lo privado. Intimidad y política, una compilación de María Gabriela Mizraje, la pinta en esas complejidades.

Patriota argentina. Esposa de Martín Jacobo Thompson y luego de Juan Washington de Mendeville. En su hogar se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Ella fue quien interpretó las primeras estrofas del Himno.” Esa es la versión que el sistema educativo argentino imaginó para retratar a Mariquita Sánchez de Thompson y Mendeville: la de Gran Anfitriona Nacional con vocación de intérprete casera. Tan efectiva resultó esa estampita escolar capaz de imprimir una imagen única en los recuerdos de generaciones, que todavía hoy el Ministerio de Educación continúa sosteniéndola en su sitio de Internet (de allí sale la cita de marras). Y sin embargo detrás de ese clásico cuadro de Pedro Subercasseaux que termina por sellar la contundente división de espacios correlativa al género (Mariquita, mujer al fin, puertas adentro; los próceres del panteón nacional, en el campo de batalla, en oficinas o rodeados de atributos del poder público), había bastante más. Había, por ejemplo, una fina cronista con buena memoria y conciencia de la proyección histórica que podían tener sus escritos (más o menos privados) y capaz, de todas maneras, de ser deliciosa y políticamente incorrecta; también una mujer política hecha y derecha que operaba entre bambalinas con tácticas retóricas agudas y ambiciones propias; una intelectual afrancesada que nunca conoció París y bien merece trascender, además, como escritora; una viuda casada en segundas nupcias, madre de cinco hijos y activista en favor de la educación de las mujeres, aun cuando sostener esa necesidad la llevara a enfrentarse con Sarmiento. Esa es la multifacética María de Todos los Santos Sánchez de Thompson y Mendeville que habla, susurra, grita, desespera y fantasea en las páginas de Intimidad y política (Adriana Hidalgo editora, colección La lengua/rescates), la edición crítica de cartas, recuerdos y diario compilada (y prologada con dedicación) por María Gabriela Mizraje.

[...]

Por Soledad Vallejos

Continuar leyendo en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-1327-2004-07-16.html




Libro: "Mariquita Sánchez de Thompson", de María Gabriela Mizraje.

Intimidad y política
Diario, cartas y recuerdos.
Colección: "La lengua"
Subcolección: "Rescates"
ISBN: 987-1156-01-4
368 pags.



martes, 19 de enero de 2010

EN CONTRA

"Yo intento evocar la lluvia o el llanto. Obstáculo de las cosas que no quieren irse camino de la desesperación ingenua. Esta noche quiero ser de agua, que tú seas de agua, que las cosas se deslicen a la manera del humo, imitándolo, dando señales últimas, grises, frías. Palabras en mi garganta. Sellos intragables. Las palabras no son bebidas por el viento, es una mentira aquello de que las palabras son polvo, ojalá lo fuesen, así yo no haría ahora plegarias de loca inminente que sueña con súbitas desapariciones, migraciones, invisibilidades. El sabor de las palabras, ese sabor a semen viejo, a vientre viejo, a hueso que despista, a animal mojado por un agua negra (el amor me obliga a las muecas más atroces ante el espejo). Yo no sufro, yo no digo sino mi asco por el lenguaje de la ternura, eso hilos morados, esa sangre aguada. Las cosas no ocultan nada, las cosas son cosas, y si alguien se acerca ahora, y me dice al pan pan y al vino vino me pondré a aullar y a darme de cabeza contra cada pared infame y sorda de este mundo. Mundo tangible, máquinas emputecidas, mundo usufructuable. Y los perros ofendiéndome con sus pelos ofrecidos, lamiendo lentamente y dejando su saliva en los árboles que me enloquecen."

1961

Alejandra Pizarnik





Biografía

Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936.
Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris
hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando
en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros.
Es una de las voces más representativas de la generación del sesenta y está considerada como una de las poetas
líricas y surrealistas más importantes de Argentina.
Su obra poética está representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La última inocencia» en 1956,
«Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los trabajos y las noches» en 1965, «Extracción de la piedra
de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y «Textos de sombra y últimos poemas», publicación póstuma en el año 1982.
En 1972 falleció como consecuencia de una profunda depresión.


Fuentes:

Alejandra Pizarnik, Prosa completa, Lumen, 2008.

http://amediavoz.com/


jueves, 14 de enero de 2010

Adiós a Miep Gies, la mujer que custodió el diario de Ana Frank

"Gies recogió los papeles escritos por Ana confiando en devolvérselos, y se los entregó a su padre, que sobrevivió a la guerra y los recopiló en el famoso libro.
La última superviviente del grupo que ayudó a proteger a Ana Frank y su familia de la persecución nazi, Miep Gies , falleció este lunes en Países Bajos a la edad de cien años, según informó la cadena británica BBC. Tanto Gies como otros empleados del padre de Ana Frank proporcionaron alimentos a la familia mientras les mantenían ocultos en instalaciones de la empresa en Ámsterdam.
Los dos años de refugio --entre 1942 y 1944-- quedaron plasmados en un diario convertido en 'best seller' con valor histórico, al reflejar la huída a la que se vieron forzados miles de judíos en Alemania.
Gies falleció este lunes en la clínica donde permanecía después de sufrir una caída en Navidad. El año pasado, con motivo de su centenario, la anciana se restó méritos por su papel en la ocultación de la familia Frank y alegó que otras personas habían participado más que ella.
Tras el descubrimiento del paradero de la familia judía, fue la propia Gies quien recogió los papeles escritos por Ana confiando en devolvérselos, pero la niña murió de tifus en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Finalmente, se los entregó a su padre, que sobrevivió a la guerra y los recopiló en un libro publicado por primera vez en 1947.
Desde entonces, Gies se convirtió en una especie de embajadora del diario, viajando por el mundo para relatar sus experiencias durante el holocausto y para criticar la persecución judía por parte del régimen nazi. Estos esfuerzos le valieron a lo largo de su vida numerosos reconocimientos públicos."



Cito un día del diario de Ana Frank:

"Viernes, 20 de noviembre de 1942

Querida Kitty:

Ninguno de nosotros sabe muy bien qué actitud adoptar. Hasta ahora nunca nos habían llegado tantas noticias sobre la suerte de los judíos y nos pareció mejor conservar en lo posible el buen humor. Las pocas veces que Miep ha soltado algo sobre las cosas terribles que le sucedieron a alguna conocida o amiga, mamá y la señora Van Daan se han puesto cada vez a llorar, de modo que Miep decidió no contarles nada más. Pero a Dussel en seguida lo acribillaron a preguntas, y las historias que contó eran tan terribles y bárbaras que no eran como para entrar por un oído y salir por el otro. Sin embargo, cuando ya no tengamos las noticias tan frescas en nuestras memorias, seguramente volveremos a contar chistes y a gastarnos bromas. De nada sirve seguir tan apesadumbrados como ahora. A los que están fuera de todos modos no podemos ayudarlos. ¿Y qué sentido tiene hacer de la Casa de atrás una “casa melancolía”?

En todo lo que hago me acuerdo de todos los que están ausentes. Y cuando alguna cosa me da risa, me asusto y dejo de reír, pensando en que es una vergüenza que esté tan alegre. ¿Pero es que tengo que pasarme el día llorando? No, no puedo hacer eso, y esta pesadumbre ya se me pasará.

A todos estos pesares se les ha sumado ahora otro más, pero de tipo personal, y que no es nada comparado con la desgracia que acabo de relatar. Sin embargo, no puedo dejar de contarte que últimamente me estoy sintiendo muy abandonada, que hay un gran vacío demasiado grande a mi alrededor. Antes nunca pensaba realmente en estas cosas; mis alegrías y mis amigas ocupaban todos mis pensamientos. Ahora sólo pienso en cosas tristes o acerca de mí misma. Y finalmente he llegado a la conclusión de que papá, por más bueno que sea, no puede suplantar él solo a mi antiguo mundo. Mamá y Margot ya no cuentan para nada en cuanto a mis sentimientos.

¿Pero por qué molestarte con estas tonterías, Kitty? Soy muy ingrata, ya lo sé, ¡pero la cabeza me da vueltas cuando no hacen más que reñirme, y además, sólo me vienen a la mente todas estas cosas tristes!


Tú Ana"


Biografía.

Ana Frank nació en Alemania en 1929 y pertenecía a una familia judía que se exilió en Holanda al comenzar las persecuciones nazis. A la edad de trece años comenzó a escribir un diario y poco tiempo después ella y su familia tuvieron que ocultarse para evitar los campos de concentración. Permanecieron escondidos desde 1942 hasta 1944 año en que fueron descubiertos. En 1945 murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Su diario fue encontrado en el escondite que habitó durante dos años.




Fuentes:

http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2010/01/12/_-02118509.htm

Ana Frank, Diario. DeBolsillo, 2004.

domingo, 3 de enero de 2010

Nina Simone‏




Biografía

"Eunice Kathleen Waymon, nombre real de Nina Simone, nació el 21 de febrero de 1933 en Tryon, Carolina del norte. Era la sexta de ocho hermanos dentro de la familia de un obrero manual y una sirvienta doméstica. Niña prodigio, ya tocaba el piano a la edad de cuatro años y junto con sus hermanas cantaba en el coro de la iglesia metodista que su madre dirigía. En 1943, cuando tenía 10 años, dio su primer concierto de piano en la biblioteca de la ciudad. Allí conoció su primer aplauso y su primer choque con el racismo: durante el concierto quitaron a sus padres de la primera fila del local para acomodar a un grupo de blancos. Este episodio fue la primera de una cadena de experiencias traumáticas para ella, y está, sin duda, en el origen de su compromiso con la lucha por la libertad y por las reivindicaciones de los negros en Estados Unidos.

Con la ayuda económica de su profesor de música pudo estudiar en la escuela de música "Julliard" de Nueva York, y de allí su familia se trasladó a Filadelfia, donde intentó conseguir una beca para el Instituto Curtis, pero fue rechazada por el color de su piel. A pesar de que tenía una formación pianística clásica, para mantener a su familia tuvo que empezar a trabajar en 1954 en un club de Atlantic City como cantante. Fue entonces cuando cambió su nombre por el de Nina, tomado del castellano para definirse como "la pequeña" y Simone, de la actriz francesa Simone Signoret de quien era admiradora.

En 1959 grabó sus primeros discos para el sello Bethlehem. En ellos dio muestras notables de su talento como pianista, cantante, adaptadora y compositora. Algunas canciones se convirtieron en clásicos de su repertorio. La canción I Love You Porgy, de la ópera Porgy and Bess, de Ira y George Gershwin, le convirtió de golpe en una estrella, vendiendo un millón de copias. Desde estos primeros registros, su repertorio se llenó de jazz, gospel, blues, soul, música clásica y canciones populares de origen diverso, recorriendo una gama muy amplia en su repertorio en una amalgama totalmente personal, cálida y de enorme expresividad. Su forma de tocar el piano es decisiva en muchas de sus interpretaciones, pero especialmente en la conocida My Baby Just Cares For Me.

La influencia de Duke Ellington es patente en toda la obra de Nina, pero muy especialmente en este tipo de composiciones rebosantes de improvisación y de cercanía espiritual. Nina logra la complicidad del oyente con un empleo intencional de los silencios y minimizando el acompañamiento. Su voz a veces sólo susurra, pero luego grita o gime, transmitiendo todas las sensaciones que el alma humana es capaz de experimentar. Militante del movimiento de Panteras Negras, otro impresionante tema suyo, Young, gifted and black (Joven, dotado y negro), inspirada por Lorena Hansberry, se convirtió en el himno afroamericano. Fue también una estrecha colaboradora de James Baldwin, Sammy Davis Jr. y Harry Belafonte.

Harta del racismo y del estercolero del mundillo musical americano, Nina renunció su país en 1969, tras el asesinato de Martín Luther King. En 1974 se fue a Barbados y durante los años siguientes vivió en Liberia, Suiza, París, Holanda y finalmente en el sur de Francia, en donde residía hasta el día de su muerte ocurrida el pasado 21 de abril de 2003. En 1978 fue detenida a causa de su boicot al pago de impuestos para financiar la guerra de Vietnam. En 1984, la canción de su primer disco, "My Baby Just Cares For Me", se convirtió en un éxito enorme al aparecer en el anuncio televisivo de un perfume de Chanel. La canción había sido escrita para la película musical "Whoopee" en 1930, una obra de Thornton Freeland y Eddie Cantor que fue cantada y bailada por Ethel Shutta. Luego, en los años 50 la canción estuvo en el repertorio de Frank Sinatra. Nina la grabó en su primer álbum, publicado en 1959."


Fuente: http://www.apoloybaco.com/ninasimonebiografia.htm

sábado, 2 de enero de 2010

La belleza de las mujeres reales


La belleza del verano

El verano es ese tiempo en donde el agua puede ser hamaca, el cuerpo un sitio libre de tirantes en el cuello y ropas como repollos. El verano es esa estación que invita a que los dedos se descubran en los pies como individualidades que pueden estirarse, mojarse, pintarse, descalzarse o calzarse plataformas para navegar en la planta que sostiene al cuerpo y centra la caminata. El verano es esa temporada en que el tiempo sin tiempo tiene tiempo y las piernas pueden estirarse, los ojos cerrarse y la espalda doblarse haciendo lo que se supone que hay que hacer en verano: estirarse, remolonear, dormir, tomar sol, echarse.

El verano es, esencialmente, bello. Y, sin embargo, como una trampa, como una autotrampa, como una trampa a la que hay que sortear, ganarle o encontrar la manera en que la belleza no sea boba sino propia, el verano impone una belleza. Una belleza que no tiene ni dos ni tres. No hay bellas altas y delgadas. No hay bellas curvas y consistentes (menos que menos conscientes), no hay bellas livianas pero flojas de obligaciones y de carnes. Hay bellas que se casan con futbolistas, tienen hijos y muestran a los dos meses al bebé y a la cola y a las tetas hechas y a las dietas en viandas de astronautas y al gimnasio como trabajo y a la belleza como una belleza con la que hay que cumplir. O... ¿O? ¿Esconderse? ¿Tener vergüenza? ¿Reivindicarse? ¿Rebelarse? ¿Reubicarse?

La belleza tiene que ser una búsqueda propia en donde un aro naranja, un escote en bote, una blusa que descubre un hombro, un tajo que invita a seguir el corte de pollera, un dedo pintado de color coral o unos labios con brillo pueden ser —son— signos de belleza sin que todo tenga que combinar como si se tratara de una muñeca sin fallas.

La belleza es una cuota de ADN, un deseo de vestirse de violeta, unas ganas de trotar para sentirse más fuerte, de hacer yoga para estar más flexible, de nadar para romper las metas, de maquillarse para redescubrirse o de lo que cada mujer siente que es ser bella. O debería. O deberíamos. O casi tendríamos que revelarnos para revelar —cada una— nuestra propia sensación de belleza. Y no la que se supone que es, tanto, que la televisión —aún para la mayoría de los y las que la critican de chatarra— impone como dictadura única de cuerpo y espejo.

Pero que no implica, necesariamente, reivindicar la fealdad o el agrio sabor de no disfrutar los rincones mostrados y escondidos de la piel. Los sitios esbozados y gozados del goce del cuerpo. “La belleza es lo que uno transmite a los demás, la energía, el aura, es sentirse bello y quererse. La belleza es amor. Es un concepto plástico y psicológico. Tiene que ver con la autoestima, con el cuidado y con entender que cada una tiene que sacar lo mejor de sí misma pero siempre siendo una. Por eso es importante que nos cuidemos y nos mimemos pero que nunca olvidemos que todos y todas somos bellos”, sostiene la médica y psicóloga Edith Szlazer, directora del equipo interdisciplinario que conforma el centro BACE y fundadora de la Asociación Argentina de Bulimia y Anorexia.

En Magnolia antes de entrar se ven flores y después se enseña a respirar. La belleza no es meter la panza para que nadie vea que una mujer ha tenido hijos, sino intentar que una vuelva al cuerpo y que el cuerpo vuelva a una. “La búsqueda de la belleza está concebida como un estado de energía, de salud y de equilibrio que se refleja en el espejo”, resumen allí un estado que no es, no busca, no tiene por qué ser un estado físico sino unas ganas de ser. Y de intentar serlo. Un deseo. La belleza tal vez se parezca a eso que se dice tanto por estos días, mientras las mujeres pican, comen o beben con culpa, con eso que tendría que ser un sentimiento en extinción —la culpa— pero estalla en el verano como una ola imparable. En cambio, los deseos, buenos deseos, tendrían que ir más allá de formalidades y brindis y formar las formas con la que cada mujer se quiera formar y mostrar: su propia belleza.


Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-5419-2010-01-02.html